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jueves, 3 de enero de 2013

EL POZO



En cierta ocasión de la historia de los hombres, tuvo lugar una guerra absurda.

En el trascurso de aquella guerra, hubo alguien que fue capturado por sus enemigos y arrojado a un pozo seco. 

La desolación era total, completamente solo y abandonado a su suerte, no le quedaba más remedio que permanecer en un lugar donde solo podía esperar la muerte de sed y de frío, en la más absoluta oscuridad.

Sin embargo, dentro de esta angustiosa e indescriptible desesperación, una vez al día sucedía algo maravilloso.

Cuando el sol se hallaba en la cúspide del cielo, durante breves minutos sus rayos penetraban en el interior del pozo iluminando todo en una explosión brillante de vida.

Semanas después, el protagonista tuvo la suerte de ser rescatado con vida por sus compañeros.

Al terminar la guerra y durante toda su vida, recordaba aquella vivencia, asegurando que jamás había vuelto a experimentar la felicidad de aquellos momentos radiantes en el fondo del pozo.

-Los momentos más angustiosos de la vida pueden ser receptáculo de los momentos más dichosos, solía repetirse.

Nuestra vida transcurre en un profundo pozo, donde la costumbre del vivir cotidiano te envuelve irremediablemente y cuyas paredes se levantan rodeándote e impidiendo el roce con la luz y la realidad escondida. Ni siquiera nos damos cuenta de ello, pues es algo tan habitual en nuestra existencia, que ya no esperamos más de lo que estamos acostumbrados.

Pero cuando se da la ocasión de que los rayos del sol penetran en el pozo personificándose en forma de amor, cariño o sincera amistad,
cuando eres consciente de lo que ese contacto humano representa en el lugar donde te encuentras,
la conexión con la antigua magia reaparece y apartando las tinieblas, aparecen, reveladores, unos instantes de trascendental felicidad: -Estoy en el pozo pero el pozo no esta en mí.
.

El poder de Ra llega a los lugares más secretos

La intuición nos susurra, veraz: "No somos polvo, sino magia" (R. Bach)




9 comentarios:

Baruk dijo...

Sólo quien haya comido
amapolas con los muertos
descubrirá para siempre
sus acordes armónicos...

pallaferro dijo...

Ojalà que en cualquiera de esas angustiosas situaciones, sea el pozo más o menos ancho, o más o menos profundo, siempre haya alguien que nos dé alguna forma de "esperada luz"...

Ese Sol ofreció Felicidad porque era su característica, su condición. Sin embargo, lo importante, està en recibir de manera consciente esos breves minutos de "esperada luz". De Felicidad.

Jó, Moucha! Qué reflexiones nos haces desde tu alpende!

Un abrazo telemàtico,

Alkaest dijo...

"Un mendigo estaba plantado junto a una esquina, en la ciudad de Damasco. Nadie le prestaba la más mínima atención. Nasrudín llevaba un buen rato observándolo y no pudo evitar increparle:
-¿Por qué insistes en permanecer aquí? Búscate otra esquina. Ya ves que nadie repara en ti.
El pobre miró tranquilo a Nasrudín y le contesto:
-¿Y a mí qué? Yo sí reparo en mí y eso me basta. Lo contrario si sería horrible: que todos repararan en mí y que yo me ignorase".

Salud y fraternidad.

chis dijo...

Cuántas guerras ha habido y hay, cuánta gente en el pozo con un poco de luz o sin ella...
Cuántos y qué diferentes pozos en los que los seres humanos son recluidos.
Es de alabar la capacidad de muchos para salir de esos pozos o para agarrarse a esa luz.
Condenable la injusticia que los arroja allí y la indiferencia de los que estamos en superficie

Unknown dijo...

Feliz 2013, y que te envuelvan muchos rayos!!!!

juancar347 dijo...

En realidad, la Verdadera Luz está en uno mismo. Por eso se decía en los Antiguos Misterios, que conocerse a sí mismo, era la mejor manera de conocer a Dios. Paradójicamente, sin Oscuridad no habría Luz. Quizás por eso seamos Luz y Sombra. La cuestión, y aquí entra en juego la Felicidad, es buscar siempre el Equilibrio.

SYR Malvís dijo...

La historia de los hombres, siempre está llena de guerras absurdas. Y la mayoría de las veces, somos nosotros mismos nuestro más terrible enemigo. Ese que,por la falta de preparación o por la rutina de nuestras propias paredes, hace que lo imprevisto, lo inesperado, te suma en el profundo pozo.

Y sólo el rayo que nace del interior con la esperanza y la convicción de que afuera hay una nueva vida que, a veces, supera y compensa la vivida, puede salvarte.

Gracias por tu relato.

escayoleando dijo...

Aun en la vidas mas miserables,la vida se aferra a cualquier cosa para que esta sea un poco mas llevadera,eso si, donde creo que no se valoran esas pequeñas cosas, es cuando se tienen todas,
Un saludo Esca

KALMA dijo...

Una maravillosa reflexión, la luz está en el alma y ningun sentimiento tiene color, todo depende del corazón que lo mire... Un vaso medio lleno siempre es mejor que uno medio vacio y un ser positivo es polvo de estrellas.
Un besote!


Publicación 2006
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